PSICOTERAPEUTAS ONLINE

Te ayudamos a solucionar tus problemas. Servicio de psicología online y telefónico.


PSICOLOGÍA

Ayuda psicológica. Depresión, estrés, fobias, ansiedad... Estudios de la conducta y la personalidad, patologías, trastornos mentales...

Psicólogos Barcelona (en España)

Psicologos especializados en Depresión - Barcelona

C/Europa 22, 2º 3ª 08028 Barcelona, ESPAÑA Tel. +34 93 430 1290

miércoles, diciembre 05, 2007

¿Píldora anticonceptiva vinculada a la depresión?

A través de la práctica, hemos observado que muchos clientes de sexo femenino que empiezan a tomar la píldora anticonceptiva, se vuelven más depresivas que antes. Incluso otro tipo de terapeutas han notado este efecto.
Las investigaciones recientes indican que existen algunos puntos ciertos detrás de tal afirmación. El Alfred Psychiatry Research Centre efectuó un estudio en 60 mujeres y pudieron constatar que aquellas que habían tomado píldoras conteniendo tanto estrógenos como progesterona tenían dos veces más riesgo de caer en depresión que las que no.
La Directora del Centro, Profesora Jayashri Kulkarni advierte a los profesionales que controlen los efectos psiquiátricos colaterales de este tipo de píldora. Comenta, no obstante, que son necesarias más investigaciones para comprender cómo las hormonas afectan al estado de ánimo.
“Cuando se dispone de un agente externo, existen dos posibilidades”, dice. Una es impactar directamente en el cerebro y disparar aquellos elementos químicos causantes de la depresión, o hacerlo realmente en la producción de hormonas naturales y abrir así un camino para provocar la depresión”.

miércoles, noviembre 21, 2007

Depresión, Medicación y Violencia

David Crespi dijo a la policía que sufría de constantes depresiones y estaba en uno de sus episodios más graves cuando cometió el terrible homicidio sobre dos miembros de su familia.
Pregunta. ¿Qué tomaba David Crespi cuando ocurrieron los hechos? Sus abogados dijeron que le habían diagnosticado un antidepresivo y un medicamento para ayudarle a conciliar el sueño. Las anteriores semanas estuvo tomando otros medicamentos para la depresión, ansiedad e insomnio, pero sus médicos le habían retirado esos últimos productos.
P. ¿Pudo haber una relación entre la medicación y el homicidio?
Sus abogados así lo afirmaron, en el sentido de que estaba recibiendo una medicación no adecuada a su enfermedad mental. Indicaron que Crespi fue diagnosticado poco tiempo después del desgraciado hecho de depresión psicótica y trastorno bipolar. Los abogados alegaron que la medicación que tomaba entonces no podía utilizarse únicamente para tratar estas enfermedades. Los abogados afirmaron que el antidepresivo dio a Crespi la suficiente energía para actuar en un momento de delirio causado por su trastorno mental. Ahora, está siendo tratado con un estabilizador de la conducta lo cual le ha permitido apreciar una considerable mejoría, dice Jim Cooney, uno de sus abogados.
P. ¿Pueden los antidepresivos provocar violencia?
La pregunta está en la calle en los últimos años y, a menudo, los abogados la utilizan para defender a sus clientes acusados de asesinato que han estado tomando antidepresivos. El tema no deja de ser controvertido.
La mayoría de expertos están de acuerdo en que es muy importante controlar a la persona depresiva con conducta suicida, en particular cuando inicia el tratamiento. Algunos argumentan que la medicación puede llevar a la violencia si se prescribe de una forma poco apropiada o ésta puede incrementarse debido a que el producto puede liberar energía para actuar negativamente sobre los pensamientos antes de que afloren los sentimientos de esperanza.
Pero millones de americanos toman antidepresivos y la violencia entre ellos no es usual. De acuerdo con el IMS Health, compañía consultiva y de información farmacéutica, los farmacéuticos de los EE.UU. rellenaron aproximadamente 189 recetas de antidepresivos el pasado año.
P. ¿Es adecuada esta combinación de antidepresivo y medicación para dormir?
Los doctores dicen que es una práctica estándar en parte porque el insomnio es un efecto secundario de los antidepresivos.
P. ¿Cuánto se conoce acerca del papel que ejerce la depresión en casos como el que nos ocupa?
La depresión es un factor común entre este tipo de luctuosos hechos. Un estudio Canadiense realizado en el año 2005 demostró que en 77 de los casos un tercio de sus agresores pasaban episodios psicóticos, lo cual significa que habían perdido por completo su sentido de la realidad. El estudio mostró también que el 60% de los homicidios terminaron en suicidio.
-- Fuentes: Dr. Ranga Krishnan, jefe de psiquiatría y Dr. John March, profesor de psiquiatría y jefe del departamento de psiquiatría infantil respectivamente en Duke University Medical Center;
Dr. Ervin Thompson, director médico de Carolinas Medical Center-Randolph Behavioral Health Services y Dr. Joseph Glenmullen, autor de "Prozac Backlash."
-- Recopilado por Melissa Manware y Karen Garloch
Via: The Charlotte Observer – Charlotte.com

En vistas a reducir los suicidios

El gobierno inglés desea reducir los suicidios un 20% en los próximos 10 años, salvando hasta aproximadamente 4.000 vidas en total, estimando que más de una persona muere cada dos horas en la Unión Europea por causa de suicidio.

Algunas profesiones, como médicos o farmacéuticos tienen un mayor riesgo debido a la facilidad con que pueden acceder a medicamentos que les permitan hacerlo.

Las enfermedades mentales en la actualidad representan para los países un elevado porcentaje de sus presupuestos por lo que las instituciones sanitarias deberían dedicar mucho más tiempo en investigar cómo ofrecer un mayor servicio y ayuda en este campo, así como identificar y tratar con los posibles factores desencadenantes como la exclusión social y el desempleo.

Se podrían adoptar una serie de medidas sobre salud mental que incluyesen, además de invertir más dinero para investigación, programas de salud mental conducidos por personajes conocidos en cada país dirigidos a la población en general o de prevención impartido por personajes del deporte hacia las escuelas.

Efectuar también un mayor seguimiento a todas aquellas personas en riesgo de cometer suicidio, facilitándoles apoyo y directrices para prevención y para conseguir una mejor calidad de vida.


Enfermedades mentales

Se estima que una de cada cuatro personas padece o padecerá a lo largo de su vida de una enfermedad mental.

Uno de los grupos con mayor riesgo es en la actualidad hombres jóvenes. Hoy en día es la segunda causa de muerte entre hombres de 15 a 24 años. Si bien es cierto que las mujeres tienen un alto porcentaje de intentos, son los hombres jóvenes quienes parecen conseguir sus propósitos.

Una de las más populares líneas telefónicas que ofrece sus servicios a los afectados de depresión, dice que está recibiendo un incremento de llamadas de personas que sufren problemas mentales graves y que se debería considerar esencial la inclusión de programas destinados a reducir los intentos de suicidio: “Debería reflejar la considerable variación entre los promedios de suicidio que existe entre los distintos grupos de población”.
Indican también:
“Ayudaría el hecho de que más personas se involucrasen en conseguir una mejoría de la salud pública y lograr así tener más éxitos. Es muy difícil leer noticias significativas en cuanto a salud mental”, dicen.“La mayoría depende de una acción puramente local”.
“Tomando como básicas las raíces de los problemas de salud mental son mucho más efectivas las medidas preventivas a largo plazo que los tratamientos basados en síntomas tradicionales”.
“Las estrategias de salud mental deben integrarse a otras políticas de exclusión social y ser suficientemente controladas, con programas de habilidades que incluyan bienestar emocional, mental y físico”.
Marjorie Wallace, de la Mental Health Charity SANE indica que los programas dirigidos al conocimiento de la salud mental al público en general están bien, pero no estaría de más poner en conocimiento del público los servicios de crisis existentes, ya que con ello tendrían una guía más palpable sobre dónde encontrar las primeras ayudas tan necesarias para ellos”, dice.

martes, octubre 30, 2007

Caras sin expresión pueden interpretarse como hostiles

El hecho de que puedan interpretarse como hostiles caras que no demuestran ningún tipo de expresión por parte de jóvenes con trastorno bipolar quizá sería un factor significativo que contribuya a las pobres habilidades sociales, agresividad e irritabilidad que caracteriza al trastorno bipolar en los niños.

Un estudio realizado en Norteamérica demuestra que la juventud con trastorno bipolar puede malinterpretar las expresiones faciales y considerarlas como hostiles, mostrando reacciones a nivel neuronal al fijarse sobre caras de expresión neutra.
Investigaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de la Salud indican que estos estudios proporciona algunas de las primeras claves sobre los episodios de manía y depresión que distorsionan tanto relaciones personales, escuela y vida familiar en el 1% de los niños.

Los escáneres cerebrales mostraron que la amígdala izquierda, un centro del miedo, y estructuras relativas se activaban en jóvenes con trastornos al contrario que en jóvenes sanos.

Proyectando luz sobre el trastorno
Cuanto mayor es la interpretación de hostilidad de las caras por parte del paciente, mayor es la reacción de su amígdala.
“Ese déficit del proceso en la percepción de las caras podría ayudar a comprender las escasas habilidades sociales, agresividad e irritabilidad que caracterizan los trastornos en niños”, sugieren los Dres. Ellen Leibenluft, Brendan Rich, Daniel Pine y sus colegas.

El estudio aparece en Proceedings of the National Academy of Sciences

martes, mayo 15, 2007

La depresión en la niñez

Se empezó a reconocer sólo hace dos décadas. El niño deprimido puede estar malhumorado, sentirse incomprendido, meterse en problemas en el colegio, simular estar enfermo, ser muy travieso, agresivo, etc. Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a otra, es a veces difícil de establecer si un niño está simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está padeciendo una depresión.
Los padres deben estar muy atentos a los cambios de comportamientos marcados, y a los comentarios de sus maestros sobre alteraciones de su conducta habitual.
En los casos en que esto suceda, después de descartar problemas físicos, el pediatra puede sugerir que el niño sea evaluado por un psiquiatra infantil.
De ser necesario un tratamiento, el médico puede recomendar psicoterapia, generalmente realizada por un psicólogo.

jueves, abril 19, 2007

Tratamiento natural de la depresión

La depresión es un trastorno caracterizado por un estado de ánimo triste o abatido de una gran intensidad durante un periodo de tiempo considerable sin una justificación aparente.
SÍNTOMAS
-Psicológicos: Son aquellos que afectan a ámbitos relacionados con los trastornos de la afectividad (tristeza, ansiedad, ganas de llorar, poca autoestima, desilusión), los trastornos de comportamiento (falta de interés por la vida, pérdida del apetito, aislamiento social) y los trastornos de pensamiento (pensamiento persistente negativo y obsesivo, sentimiento de culpabilidad, incapacidad de concentración, pesimismo, ideas de suicidio o automutilación).
-Físicos: Son aquellos que tienen un origen psicosomático, es decir que aunque tengan una sintomatología física, son el resultado de causas emocionales. Entre ellos podríamos mencionar los siguientes: dolores indeterminados y transitorios, dolor de estómago, acidez, dolor de cabeza, problemas en el habla, diarrea, mareo, problemas de erección y falta de apetito sexual, sensación de ahogo, plapitaciones, hipertensión, etc.
Todos estos síntomas pueden ser constantes, manteniéndose de igual modo durante todos los días del enfermo (depresión unipolar) o cíclicos, alternando periodos de una euforia desmedida con otros en los que destacarían los síntomas vistos anteriormente (depresión bipolar). Es una enfermedad muy habitual que afecta sobre un 3 a un 4 % de la población, siendo más habitual entre las mujeres. Suele iniciarse a partir de los 40 años.
CAUSAS
-Físicas. Son aquellas producidas por algún trastorno orgánico relacionado con el sistema nervioso, que merman la capacidad comunicativa de los neurotransmisores. (Depresión endógena)
-Ambientales: Son aquellas producidas por alguna causa externa, relacionada con situaciones traumáticas personales adversas (párdida de un familiar, experiencia negativa, pérdida del trabajo, problemas de relación, desengaños amorosos, etc.) (Depresión reactiva)
-Químicos: La ingestión de algunos productos químicos, como fármacos o drogas, puede incrementar el riesgo de depresión.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la depresión, en sus fases profundas, requiere un enfoque plural en el que el paciente necesita una atención por parte de los facultativos.
En la depresión profunda y media, un tratamiento farmacológico, especialmente hasta que este consiga la recuperación, se hace necesario. Un tratamiento psicoterapéutico durante esta época resulta muy útil.
Una vez superada la crisis, necesitará adoptar un cambio de mentalidad en la que el enfermo busque una mayor relación con los que le rodean y que le ayudarán a no recaer. Durante esta época resulta muy interesante cambiar los hábitos de vida, intentando buscar una manera de vivir "más natural". La sustitución de una dieta animal por otra vegetal, rica en minerales y vitaminas; la realización de actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza; la adopción de algún hobby social o algún entretenimiento que llene el vacío anímico; el ejercicio físico, el contacto con el sol, etc. ayudan a superar la enfermedad y evitar las recaídas.
El tratamiento natural de la depresión supone la utilización de una serie de recursos naturales que pueden ayudar a prevenirla o a mejorar sus síntomas y suponen una alternativa natural a los fármacos antidepresivos.

lunes, marzo 26, 2007

Antes que medicarse, un/a psicólogo/a

Las distintas variedades de trastornos depresivos que existen suponen gran sufrimiento para el que lo padece y son el trastorno psicológico más frecuente en la clínica actual. Algunas personas recurren a la medicación pura y dura, cosa que no es desdeñable pero se necesita algo más. Muchos demandan ayuda complementaria al tratamiento farmacológico; otras buscan una asistencia exclusivamente de tipo psicológico. Ambas opciones son positivas.
Existe una amplia variedad de tratamientos psicológicos. Se consideran más eficaces la terapia de conducta, la terapia cognitiva y la terapia interpersonal. Las tres tienen la ventaja de contar con un programa estructurado en sesiones y de disponer de un manual de aplicación; y han demostrado eficacia como mínimo igual a la medicación antidepresiva, tanto en la prevención de recaídas como de recurrencias.
Últimamente se observa un incremento de demanda por separaciones de pareja, y entre los jóvenes, inducida por el abuso de sustancias. La ventaja que ofrece la terapia psicológica es que se lleva a cabo en el contexto psicosocial y considera la relación interpersonal como elemento esencial del tratamiento. El hecho de que la depresión sea un trastorno del estado de ánimo del que no se conoce ningún marcador biológico, y propiciado por diferentes eventos vitales, hace pensar que pueda ser más un asunto de la biografía que de la biología. Y en la sociedad actual vivimos en la «época de la depresión», con lo que ello implica.

miércoles, marzo 14, 2007

Vivir entre dos polos

El trastorno bipolar es una de las enfermedades anímicas más complejas y de mayor incidencia en la actualidad. Sus raíces son hereditarias y debidas al entorno ambiental.
Según los expertos, la enfermedad suele aparecer entre los 15 y 18 años, siendo su tratamiento largo y delicado. El trastorno es conocido como crisis maníaco-depresiva. El paciente oscila entre fases de enorme euforia y alegría desbordante, hasta estados de depresión y tristeza angustiosa. Esta es la principal característica de la enfermedad, puesto que el afectado atraviesa por una dicotomía absoluta.
El diagnóstico es muy importante y ha de consistir en terapias adecuadas y fármacos. Estos últimos pueden dejar efectos secundarios, dada la ambivalencia anímica de los afectados. Así, viven los dos extremos de un estado anímico, lo que los psiquiatras denominan una "dinocrisis". En la fase de euforia, el paciente ve el mundo maravilloso. En esta etapa, pueden llegar a cometer algunos dislates, como consumir alcohol y drogas y gastar fuertes sumas de dinero. En la fase depresiva, la angustia es intensa, se pierde el interés por la vida, la tristeza es tal que no se quieren levantar de la cama o salir de la casa, se obsesionan con la muerte y aparece el riesgo del suicidio. Se entra en un círculo vicioso muy complicado, con problemas hacia las personas del entorno. Esta alteración "cíclica bipolar" se presenta periódicamente en coincidencia con estaciones meteorológicas, traumas y sucesos familiares o laborales.
En opinión de psiquiatras y psicólogos, se calcula que de cada mil personas, entre diez o quince padecen este trastorno. La posibilidad de que los hijos lo padezcan está entre un 20 y 30%.
Los médicos deben realizar un diagnóstico muy esmerado, pues el paciente tiene la tentación de engañarle o solapar sus síntomas. En muchas ocasiones, se niegan a tomar la medicación prescrita y pueden caer en consumo de estupefacientes y drogas.

martes, marzo 06, 2007

Me deprimo

Usualmente, depresión se relaciona con la experiencia de tristeza, la pérdida de interés o de placer y la falta de capacidad de respuesta ante la vida. Se le asocia al desconsuelo, estar de capa caída, desanimado, abatido, alicaído, en resumen: Deprimido. Es uno de los sentimientos de malestar psicológico más frecuentes y constituye una forma de ser, ante una pérdida o separación de los seres queridos o cuando tenemos algún revés.
En el campo de la psicología, la palabra depresión se asocia a un síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las funciones psíquicas, a veces con desórdenes neurovegetativos. Suele designar un síntoma, un trastorno, una enfermedad, síndrome o una posición subjetiva. Cuando las depresiones tienen una razón externa que las justifique, se les llama depresiones exógenas. De tipo endógeno son cuando surgen sin que se conozca un evento significativo en la vida de la persona que la haga sentirse deprimida. Estas son más difíciles de subsanar y se requiere tratamiento psiquiátrico.
La depresión "común", es decir la exógena, se desarrolla frecuentemente después de un shock emocional. Pueden generarse por diversas causas, muerte de un familiar, infidelidad de la pareja, pérdidas económicas o situaciones de frustración. En la actualidad, el número de personas que sufren este tipo de depresión se ha incrementado. Las sensaciones de impotencia que se experimentan día a día como consecuencia de los problemas económicos, políticos y sociales y en general el estrés y el estilo de vida a la cual nos enfrentamos, son varios de los elementos que justifican el aumento. Este tipo de depresión es pasajera normalmente. Por ello, en lugar de pensar en lo injusto que parece todo, cuando nos vemos en una situación que no esperábamos, debemos asumirla y enfrentarla con optimismo. Sabemos que no es fácil, mas debemos pensar que si nos damos por vencidos, nos arrinconamos y nos sumimos en una posición depresiva, lo único que estamos haciendo es agregarnos otro problema. Lo indicado es que hagamos un esfuerzo por continuar con nuestra vida. Clave será que sigamos trabajando y, si es posible, añadir algunas tareas adicionales. Hacerlo nos llevará a establecer nuevas metas y al logro de las mismas, lo cual contribuirá a disminuir la tristeza, por una parte y por la otra, a sacar de la mente el problema que nos ocasiona el estado depresivo. En otros casos depresivos mayores, la psiquiatría posee un completo arsenal de medicamentos y tratamientos adecuados según sea el caso. Si lo desea, puede visitar este otro website donde se le ofrecerá ayuda al respecto por profesionales expertos.

domingo, marzo 04, 2007

La depresión en las personas mayores

¿Por qué se puede deprimir una persona mayor?
Las razones por las que se deprime una persona mayor son biológicas, psicológicas y sociales. Esto es, pueden influir factores biológicos (neurotransmisores, enfermedades como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, consumo excesivo de medicamentos, etc.), formas ineficaces de enfrentarse a los problemas (estrategias de afrontamiento, estilos de control, estilos de pensamiento, etc.) y recursos disponibles (apoyo social emocional e instrumental). También influyen de forma importante sobre la depresión los hábitos de salud que tenga la persona dado que, por ejemplo, hábitos alimenticios inadecuados, fumar, beber alcohol o una falta de ejercicio físico regular pueden causar depresión directamente (por sus efectos sobre el sistema nervioso central) o indirectamente (provocando discapacidad). Alguno de los factores de riesgo precipitantes de la depresión en la edad adulta son padecer sucesos vitales negativos (por ej., muerte o enfermedad de un familiar o ser querido), problemas de sueño, discapacidad, dolor crónico, historia de otros problemas depresivos y ser mujer. Algunos factores que disminuyen la probabilidad de un problema depresivo son contar con un buen apoyo social, mantener creencias religiosas y una situación económica desahogada.
¿Es frecuente la depresión en las personas mayores?
Aunque existen muchas razones por las que se podría esperar una mayor frecuencia de problemas depresivos en la edad adulta que en otras edades (debido entre otras cosas a que se trata de una edad en la que se producen muchas pérdidas y se producen cambios funcionales, sociales y familiares), la realidad es que esta extendida creencia no es cierta de acuerdo con diferentes estudios epidemiológicos rigurosos realizados recientemente. De acuerdo con estos datos, se puede afirmar que la depresión NO es una parte normal del envejecimiento. De hecho, los datos de prevalencia muestran que ésta es menor entre las personas mayores que entre las personas jóvenes. De todas formas, es importante señalar que estos estudios han sido criticados por su rigidez metodológica, por lo que algunos autores estiman que los datos de prevalencia son superiores a lo encontrado. Por último, aunque la depresión mayor pueda no ser frecuente entre las personas mayores, sí que lo es en personas mayores institucionalizadas, enfermas o discapacitadas crónicas.
¿Por qué es también importante tratar la tristeza o la depresión en las personas mayores?
La depresión en las personas mayores no causa únicamente malestar y sufrimiento, sino que afecta de manera significativa al funcionamiento físico, mental y social de las personas. Así, se relaciona de manera directa con la discapacidad, el deterioro cognitivo, ansiedad y con síntomas psicóticos, afectando de forma significativa a la calidad de vida de la persona. Además, padecer depresión afecta a otras cuestiones como, por ejemplo, la utilización de recursos (por ej.: la estancia de una persona mayor deprimida en un hospital es del doble de tiempo que la de una persona sin depresión) o el gasto sanitario (se duplica el gasto), la recuperación o pronóstico de otras enfermedades (por ej., rotura de cadera o artritis) o la probabilidad de caídas.
¿Qué hay que tener en cuenta sobre la depresión en las personas mayores?
En las personas mayores que sufren algún tipo de problema psicológico es frecuente la presencia de varios problemas a la vez (trastornos comórbidos). En ocasiones, por ejemplo, puede existir una presencia comórbida de depresión y demencia, siendo necesario el tratamiento de la depresión para evitar una aceleración del declive cognitivo de la persona. Además, en este grupo de edad adquiere especial relevancia la necesidad de realizar un diagnóstico diferencial. Así, no es infrecuente que la depresión se manifieste con síntomas de ansiedad (o agitación) y viceversa, así como que haya que diferenciar entre el declive cognitivo asociado a un envejecimiento normal y el debido a déficits cognitivos asociados a trastornos del estado de ánimo o a la demencia. De la misma forma, es importante también diferenciar entre depresión y sufrimiento, que se manifiesta de una forma similar (tristeza, irritabilidad, fatiga y ansiedad, así como insomnio y pérdida de apetito y de peso), pero que se asocia a la pérdida de relaciones significativas o a cambios significativos para la persona, tratándose de episodios limitados en el tiempo (por ej., duelo). Por último, en el grupo de las personas mayores es muy frecuente la presencia de depresiones subclínicas o de trastornos cuyas manifestaciones no se ajustan adecuadamente a los criterios diagnósticos disponibles (más quejas somáticas, pérdida de interés, falta de energía, mayor dependencia, dolor crónico, irritabilidad, sentimientos de culpa, etc.).
¿Qué es eficaz para ayudar a una persona mayor deprimida?
Dado que la depresión consiste en un problema de origen bio-psico-social, los tratamientos eficaces para la depresión deben ofrecer apoyo psicológico, psicoterapia y farmacoterapia. Escuchar, ser empático, demostrar preocupación e interés y proporcionar apoyo a la persona para ayudarle a afrontar el problema y educarle y entrenarle en habilidades y estrategias para enfrentarse a los problemas son algunas de las estrategias fundamentales para ayudar a la persona que está triste o deprimida. Se estima una efectividad de la terapia farmacológica de un 50 a un 70%, siendo especialmente importante una adecuada evaluación médica previa a la utilización de fármacos antidepresivos debido a potenciales contraindicaciones y efectos secundarios de los mismos. La psicoterapia más efectiva para el tratamiento de la depresión es la cognitivo-conductual, a través de la cuál se obtienen resultados comparables a los obtenidos a través de intervenciones farmacológicas. La combinación de psicoterapia con farmacoterapia proporciona unos índices de respuesta de un 80% aproximadamente, siendo la terapia mixta de intervención cognitivo-conductual y farmacológica superior a cada una de ellas por separado. La eficacia de este tipo de intervenciones mejora en aquellos casos en los que se cuenta con colaboración activa en las intervenciones de familiares. Sin embargo, a pesar de que existan tratamientos eficaces para la depresión en las personas mayores, existe un importante número de barreras que impiden o dificultan un adecuado tratamiento de la depresión en este grupo de edad como, por ejemplo, actitudes negativas de los enfermos, las familias y los profesionales hacia la enfermedad (por ej., creencias del tipo de "es normal que una persona mayor esté apagada o triste") o la falta o inexistencia de recursos (por ej., atención psicológica o formación especializada).

domingo, febrero 25, 2007

Bipolares: el 40% no puede trabajar

En los momentos de exaltación, Diego escribía todo tipo de fórmulas en las paredes de su apartamento, regalaba equipos de música, componía decenas de canciones en un solo día y se sentía pletórico, exuberante y glamuroso. Pero la caída era feroz y venía acompañada de una profunda melancolía y un gran sufrimiento. "La manía es como una droga, pero la depresión que le sigue es mortal", dice Diego, un abogado de 31 años con diagnóstico de trastorno bipolar desde hace sólo tres y, hoy, desempleado.
Un estudio realizado en centros de atención de Chile y la Argentina, cuyos resultados han sido publicados en el Journal of Affective Disorders, revela precisamente que el 40% de las personas bipolares están desocupadas. "Descubrimos que el porcentaje de pacientes sin trabajo era muy similar aquí, en Chile y en los Estados Unidos, aunque las tasas de desempleo de esos países sean muy desiguales", explica el doctor Sergio Strejilevich, jefe del Programa de Trastornos Bipolares del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y psiquiatra del Instituto de Neurología Cognitiva.
Según la Organización Mundial de la Salud, el trastorno bipolar es la sexta causa de incapacidad en el mundo y, por su magnitud, los trastornos afectivos están calificados como epidemia en Sudamérica.
Strejilevich señala que la bipolaridad es una enfermedad genética y advierte que el riesgo de que alguien la contraiga durante su vida es de entre el 4 y el 5 por ciento. "Es un trastorno que afecta tanto el ánimo como las funciones biológicas, y sus síntomas están ligados a un desequilibrio en la respuesta afectiva frente a los hechos cotidianos", afirma el experto. Es decir que quien lo padece oscila, a veces de manera vertiginosa, entre la manía y la depresión. "La exaltación característica de este trastorno -continúa el especialista- puede despertar en quienes lo padecen ideas delirantes, que pueden exponerlos a situaciones extremas, incluso de riesgo."
Diego recuerda que, en los momentos de euforia, dormía poco, derrochaba dinero, se volvía agresivo y se sentía increíblemente creativo y lúcido. La contracara era una depresión que, junto con el dolor, la tristeza y la desgana propias de ese estado, lo convertía en un ser inconstante, incapaz de comprometerse con un trabajo.
Strejilevich destaca la carga que supone para los Estados y las familias que los pacientes no tengan empleo. "La bipolaridad es crónica, así que tenemos una cifra considerable de personas que no trabajan, que no aportas, pero que tampoco mueren", dice con vehemencia.
Para Diego, las personas que sufren este trastorno sobrellevan un estigma, que se transforma en una barrera a la hora de buscar trabajo. "No se puede ocultar en el currículum vítae, pero si lo mencionás, no te contratan", afirma. Y agrega: "Nadie va a querer emplear a alguien inestable. Además, las exigencias y responsabilidades de un trabajo, especialmente levantarse cada mañana o subirse a un colectivo, se hacen muy pesadas cuando uno está deprimido".
Strejilevich hace hincapié en la predisposición que tienen las personas bipolares para socavar sus propias posibilidades de trabajo. "Todo lo que crean y proyectan cuando están maníacos, muchas veces de forma excepcional, lo destruyen y menosprecian cuando están deprimidos. Esto hace que sean vistos como inconstantes", afirma.
Diego terminó la carrera de abogacía con diploma de honor, fue profesor en la facultad, trabajó en varios estudios jurídicos e incluso creó uno propio. "Me llenaba de actividades para distraerme, para no sentir la melancolía", explica. Pero, cuando le sobrevino la crisis, lo dejó todo. Eso, también, incluye las relaciones afectivas. "Enseguida les cambia la idea que tienen de esa persona, le buscan defectos insignificantes -explica Strejilevich-. Así, es muy difícil crear vínculos estables."
Además, el estudio revela que la mayoría de las personas bipolares tardan en recibir el diagnóstico alrededor de unos diez años, lo que, para el experto, retrasa el inicio del tratamiento y la posibilidad de que lleven una vida más o menos satisfactoria. Los primeros síntomas del trastorno maníaco-depresivo aparecen en la adolescencia. Uno de los motivos que demoran el inicio terapéutico es el error en el diagnóstico. El estudio concluye que el 66% de los pacientes recibían tratamiento por depresión y, por lo tanto, tomaban fármacos antidepresivos como droga única. "Esto es grave, ya que provoca que los episodios depresivos se multipliquen", sostiene el experto. "El trastorno bipolar, por ser crónico, no tiene cura, pero el tratamiento farmacológico adecuado, que fundamentalmente incluye el litio, y las sesiones con un psicólogo pueden reducir los síntomas de ambos estados y ofrecerle al paciente herramientas para poder afrontar mejor su enfermedad", agrega.
Ya hace tres años que Diego recibe tratamiento. La terapia y los fármacos lo ayudaron a superar la parte más cruel de la enfermedad: no saber cómo amanecerá al día siguiente. Además, hace sólo unos días comenzó a buscar trabajo. "Eso sí, uno que encaje con mi vida", dice esperanzado.

domingo, febrero 11, 2007

Un test mejora la diferenciación entre depresión y trastorno bipolar

Un sencillo cuestionario de 32 preguntas permitirá al médico diferenciar "con más de un 80 por ciento de probabilidades de éxito" la depresión del trastorno bipolar en fase II, dos enfermedades que en muchas ocasiones se confunden por presentar síntomas similares y cuyo tratamiento incorrecto puede resultar contraproducente.
La principal diferencia entre esta prueba —conocida como HCL-32 y diseñada por investigadores del Idibaps y otros diez hospitales— y la que se utiliza hoy día, el MDQ, consiste en el carácter abierto de las preguntas, que facilita la sinceridad de los pacientes. Las respuestas proporcionan la información esencial para valorar los niveles de actividad de los pacientes y sus problemas de deshinibición, autocontrol y atención.
Según un estudio publicado en el último número de Journal of Affective Disorders, que compara la sensibilidad de los dos cuestionarios, concluye que el HCL-32 es "más preciso que el MDQ en la identificación del trastorno bipolar tipo II".
(Otros test)

viernes, febrero 09, 2007

La depresión en La Historia

A lo largo de la historia existen múltiples referencias a la melancolía, equivalente a lo que hoy llamamos depresión, y a la manía, entendida como un estado de agitación y delirio. Algunos de los 'padres de la medicina', como el griego Hipócrates, en el siglo V a.C. o el romano Galeno en el siglo I a.C, achacaban la tristeza a la bilis negra, uno de los cuatro humores del cuerpo según las teorías predominantes de la época.
Más adelante en el siglo I d.C, Areteo de Capadocia, también griego, fue el primero en considerar la manía y la melancolía como trastornos relacionados. En sus textos indicaba que "algunos pacientes después de estar melancólicos cambian su estado hacia la manía [...] por eso esta manía es probablemente una variedad del estado melancólico".
Ya en la Edad Media, la medicina se sumió en el oscurantismo y la superstición. La enfermedad mental es la que peor parada salió de este ciclo de la historia ya que cualquier trastorno del comportamiento se teñía de tintes demoniacos.
En el Renacimiento, considerado 'la edad de oro de la melancolía'. Muchos autores recorrieron con detalle la evolución de la depresión y llegaron a considerar el sufrimiento de este estado una característica de la profundidad del espíritu humano. Algunos médicos contemplaron la idea de que la melancolía estaba relacionada en ciertos casos con la manía y que ambas tenían el mismo origen y la misma causa.
El siglo XIX fue decisivo en la definición del trastorno bipolar. Jean Pierre Falret acuñó en 1854 el término 'folie circulaire' o 'locura circular', que describió como una sucesión de estados maniacos y melancólicos con intervalos lúcidos. Esta definición marcó la diferencia con la depresión aislada y, finalmente, en 1875 sus hallazgos llevaron a la denominación de psicosis maníaco-depresiva.
Practicamente a la vez, en 1854, Francois Baillarger describió la 'folie à double forme' o 'locura de doble forma', caracterizada por la sucesión de dos períodos, uno de excitación y otro de depresión. Este neurólogo francés señaló la diferencia, hasta entonces difuminada en los textos sobre psiquiatría de la época, entre esquizofrenia y trastorno bipolar.
A principios del siglo XX, en 1921, el reconocido psiquiatra alemán Emil Kraepelin publicó 'Manic-Depressive Insanity and Paranoia', un trabajo revolucionario por entonces en el que propuso una nueva clasificación en tres grandes grupos de los trastornos que llenaban los manicomios: esquizofrenias; demencias y enfermedad maniaco-depresiva. Es decir, introdujo como entidad diferenciada el trastorno bipolar. Dentro de las psicosis maniaco-depresivas, señaló su carácter episódico, así como, la historia familiar del trastorno.
En 1980, el término de trastorno maníaco-depresivo fue reemplazado por el de trastorno bipolar, según estableció el DMS-III. En los últimos tiempos, las investigaciones más recientes sobre la enfermedad se centran en describirla desde el punto de vista bioquímico. De esta forma será posible comprender mejor la enfermedad y desarrollar medicamentos más refinados para su tratamiento.

miércoles, febrero 07, 2007

Más evidencias sobre el vínculo entre depresión y problemas cardiacos

En los últimos años cada vez hay más investigaciones que relacionan la mala salud mental con un peor estado físico de los pacientes, sobre todo cardiovascular. Un nuevo trabajo, publicado en 'Archives of General Psychiatry', aporta más evidencias, concretamente sobre la conexión entre los síntomas de depresión y la aterosclerosis.
El trabajo, liderado por Jesse C. Stewart -entonces de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) ahora de la Universidad de Indiana-, asegura que la depresión favorece el engrosamiento y endurecimiento de las arterias, signo temprano de enfermedad coronaria. La investigación va más allá y ha concluido que son los síntomas físicos de este trastorno de la mente, como la pérdida de apetito y la fatiga, los que deterioran las arterias.
Otras investigaciones anteriores sugieren que la ira y otras emociones negativas están asociadas con el infarto de miocardio o la muerte súbita por fallo cardiaco. Estas patologías son el último paso del desarrollo de la aterosclerosis.
El trabajo estadounidense se basa en 324 personas con una edad media de 60 años. Al inicio de la investigación se examinó a los participantes exhaustivamente para evaluar su estado arterial. Se realizaron análisis para conocer el nivel de ciertos factores de riesgo como el colesterol alto, la hipertensión, o ultrasonidos para conocer el estado de engrosamiento de las arterias. También respondieron a cuestionarios para conocer su estado mental, comprobar si tenían ansiedad, hostilidad o ira. Tres años después se repitieron las pruebas.
Observaron que los que padecían síntomas depresivos más acusados habían desarrollado un mayor engrosamiento de la arteria carótida. Tras conocer esta relación decidieron separar los síntomas de depresión en dos categorías: las físicas (como fatiga o falta de apetito) y las afectivas (tristeza, pesimismo). Sólo las primeras resultaron tener relación con la aterosclerosis. "Nuestros resultados indican que la depresión, pero quizá no la ansiedad ni la ira, pueden estar envueltas en el inicio y/o progreso de la aterosclerosis", aseguran los autores. Ahora, los investigadores quieren estudiar la interacción de los síntomas somáticos con los emocionales en los riesgos de enfermedad cardiaca.
Otro estudio, también publicado en el mismo número de 'Archives of General Psychiatry', ahonda en la salud física de las personas con enfermedad mental grave, como esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno delirante. Los resultados apoyan otros trabajos anteriores que conluyeron que los pacientes con enefermedad mental grave tienen muchos más problemas de salud física.
Científicos de la Universidad Royal Free en Londres evaluaron a 46.136 individuos de Reino Unido con enfermedad mental. Los que tenían entre 18 y 49 años resultaron tener 3,22 veces más riesgo de morir por alguna dolencia cardiaca y 2,53 de morir por un infarto cerebral. Los que superaban los 75 años tenían 1,05 veces más tendencia a morir por problemas de corazón y 1,34 veces más que los sanos de su misma edad de morir de un ictus. "En general, este aumento del riesgo se achaca al estilo de vida poco saludable, los efectos secundarios de los antipsicóticos y el bajo nivel social", señalan los autores de este segundo trabajo. Sin embargo, los resultados del estudio, que hizo un seguimiento de los participantes durante seis meses, señalan que en general estos enfermos tienen predisposición a padecer más trastornos cardiovasculares e ictus independientemente de la toma de estos fármacos. "Los pacientes con enfermedad mental severa que no estaban tomando antiopsicóticos mostraron mayor riesgo de enfermedad coronaria e infarto cerebral que los controles", comentan. "Aunque", puntualizan, "aquéllos que tomaban estos medicamentos tenían el riesgo más aumentado aún". En cuanto al cáncer, a excepción del de pulmón (asociado al alto consumo de tabaco de estos enfermo), los resultados no indican que las personas con enfermedad mental tengan especial predisposición a sufrir "los siete tipos de tumores principales [que son los que han evaluado en el estudio] en Reino Unido", que son colerrectal, respiratorios, mama, próstata, estómago, esófago y páncreas.

viernes, febrero 02, 2007

Los antidepresivos traen más riesgos de fracturas

Tras investigar a unos cinco mil adultos de más de 50 años que tomaban antidepresivos, expertos canadienses han observado que estas drogas incrementan la fragilidad de los huesos y, por ende, de fracturas.
El estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, señala que los pacientes que toman estos fármacos duplican las posibilidades de romperse algún hueso.
Los pacientes fueron seguidos durante cinco años mientras tomaban antidepresivos. El estudio multicéntrico de osteoporisis de Canadá observó que aquellos que tomaban fluvoxamina, citalopram, fluoxetina, sertralina y paroxetina tenían más riesgos de romperse un hueso con caídas o pequeños traumas. Asimismo, detectaron menos niveles de calcio y una densidad ósea más pobre en este tipo de pacientes medicados.

lunes, enero 22, 2007

Por qué hoy es el día más deprimente del año

Una fórmula matemática indica que el lunes de la última semana completa de enero es el que más afecta negativamente en el ánimo. En Europa lanzan campañas para paliar las consecuencias.
El doctor Cliff Arnall de la Universidad de Cardiff viene realizando estudios matemáticos para demostrar que el lunes de la última semana completa de enero es especialmente gris. El Dr. Arnall ha creado una fórmula que tiene en cuenta numerosos estados emocionales que conducen a la persona a su punto energético más bajo. Su modelo matemáticamente expresado es:

{W + (D-d)} x TQ
_______________
M x NA

Tiene 6 factores identificables: (W) weather=Climatología/Tiempo metereológico, (D) debt=Nivel de endeudamiento económico, (d) monthly salary=Ingresos monetarios, (T) time since Christmas=Días trascurridos desde la navidad, (Q) time since failed quit attempt=Periodo de tiempo trascurrido desde la última crisis, (M) low motivational levels=nivel de motivación, and (NA) the need to take action=obligación de tomar medidas.
El resultado señala la necesidad de prevenirse ante la depresión más grande del año.
La organización Los Samaritanos conformada por voluntarios entrenados en el arte de escuchar a personas depresivas ha lanzado una campaña de asistencia. "¡Vence al Lunes Depresivo!'" afirman más de 17.000 voluntarios, que reciben en esta época más llamadas y correos solicitando ayuda que en ninguna otra fecha del calendario.
Las recomendaciones de los Samaritanos contra la depresión se resumen en los siguientes postulados: Intenta hacer cosas diferentes. Haz deporte. Ponte en contacto con amigos. Intenta relajarte. Sé amable con los desconocidos. Mímate. Planea cosas nuevas para el futuro. Organiza tus pensamientos.

domingo, enero 21, 2007

Causas de la depresión

Factores genéticos
Existe un mayor riesgo de padecer de depresión clínica cuando hay una historia familiar de la enfermedad, lo que indica que se puede haber heredado una predisposición biológica. Este riesgo es algo mayor para las personas con trastorno bipolar. Sin embargo, no todas las personas que tienen una historia familiar tendrán la enfermedad. Además, la depresión grave también puede ocurrir en personas que no tienen ninguna historia familiar de la enfermedad. Esto sugiere que hay factores adicionales que pueden causar la depresión, ya sean factores bioquímicos o ambientales que producen estrés y otros factores psicosociales.
Factores bioquímicos
Se ha demostrado que la bioquímica del cerebro juega un papel significativo en los trastornos depresivos. Se sabe, por ejemplo, que las personas con depresión grave típicamente tienen desequilibrios de ciertas substancias químicas en el cerebro, conocidas como neurotransmisores. Además, los patrones de sueño, que se ven afectados por la bioquímica del organismo, son generalmente diferentes en las personas que tienen trastornos depresivos. La depresión puede ser inducida o aliviada con ciertos medicamentos, y algunas hormonas pueden alterar los estados de ánimo. Lo que aún no se sabe es si el "desequilibrio bioquímico" de la depresión tienen un origen genético o es producido por estrés, por un trauma o por una enfermedad física u otra condición ambiental.
El ambiente y otros factores de estrés
Los siguientes se han definido como factores que contribuyen a la depresión: la pérdida de un ser querido, problemas en una relación, problemas económicos o un cambio significativo en la vida. A veces el comienzo de la depresión ha sido asociado con el de una enfermedad física aguda o crónica. Además, aproximadamente una tercera parte de las personas con cualquier tipo de trastorno depresivo también exhiben de alguna manera un trastorno de alcoholismo o fármacodependencia.
Otros factores psicológicos y sociales
Las personas con ciertas características tales como pesimismo, baja autoestima, sensación de falta de control sobre las circunstancias de la vida y tendencia a la preocupación excesiva son más propensas a padecer de depresión. Estos atributos pueden resaltar el efecto de las situaciones de estrés o interferir con la capacidad de enfrentarlas o reponerse de las mismas. La crianza y las expectativas relacionadas con el sexo femenino pueden contribuir al desarrollo de estos rasgos. Aparentemente, los patrones de pensamiento negativo típicamente se establecen en la niñez o adolescencia. Algunos expertos han sugerido que la crianza tradicional de las niñas puede fomentar estos rasgos y posiblemente sea un factor determinante en la alta incidencia de depresión en la mujer.
El riesgo de sufrir depresión es mayor para la mujer que para el hombre
El número de mujeres que sufren de depresión grave y distimia es el doble que el de los hombres. Esta proporción de dos a uno no depende de factores raciales o culturales ni de la situación económica. La misma proporción existe en otros países del mundo. El mismo número de hombres y mujeres padece de trastorno bipolar (maniaco-depresión), pero las mujeres típicamente tienen más episodios depresivos y menos episodios de manía. Asimismo, un número mayor de mujeres padece de una variedad de ciclos rápidos del trastorno bipolar, que puede ser más resistente al tratamiento estándar. Se sospecha que una variedad de factores únicos en la vida de la mujer juegan un papel muy importante en la depresión. La investigación hoy en día se concentra en entender estos factores, que incluyen: factores reproductivos, hormonales, genéticos o biológicos; el maltrato y la opresión; factores interpersonales; y ciertas características psicológicas y de personalidad. Aun así, las causas específicas de la depresión en la mujer no son claras, ya que muchas mujeres que han sido expuestas a estos factores no sufren de depresión. Lo que sí está claro es que independientemente de los factores que contribuyen a la misma, la depresión es una enfermedad para la cual disponemos de varios tratamientos eficaces.

jueves, enero 18, 2007

El dolor de cabeza crónico, ligado a la depresión

El dolor de cabeza crónico podría ser un indicador de depresión. Ésta es la hipótesis principal de un estudio realizado por profesionales del Centro de Ciencias de la Universidad de Toledo en Ohio, Estados Unidos.
De acuerdo con la investigación cuyas conclusiones forman parte de la reciente edición de la publicación Neurology journal perteneciente a la Academia Americana de Neurología (AAN, según sus siglas en inglés), cuando la migraña está acompañada de otros síntomas tanto físicos como psíquicos y somáticos, estaríamos frente al comienzo de un cuadro depresivo de alta incidencia en las mujeres, universo analizado en el relevamiento. “La asociación entre los dolores de cabeza crónicos y la depresión es bastante frecuente en la literatura médica debido principalmente a que un gran número de estudios ha mostrado, a lo largo de los años, que hay un relación. Sin embargo, la particularidad de nuestro enfoque es que incluimos en el abordaje los síntomas somáticos que habían sido estudiados nada más que en pequeños estudios”, destacó la doctora Gretchen Tietjen, líder de la investigación que fue realizada entre junio de 2003 y diciembre de 2004 y de la que participaron más de mil mujeres.
Por su parte, el doctor Alejandro Andersson, médico neurólogo, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA) indicó a Pro-Salud News: “La asociación entre los dolores de cabeza y la depresión es un punto muy estudiado dentro de la especialidad neurológica, y es sabido que las personas que tienen jaqueca con mucha frecuencia, por ejemplo tres veces por semana, en cierto sentido viven con esto y por lo tanto, es bastante probable que tengan más posibilidades de padecer depresión, en comparación con aquellas que no tienen dolor de cabeza o lo sufren en forma esporádica. Esto es una realidad que no se discute, sobre todo luego de este estudio porque el grupo analizado es significativo”.
Entre las más de mil mujeres que participaron de la muestra, 593 manifestaron tener jaquecas, mientras que 439 sufrían de dolor crónico. “De estas cifras se desprende que el dolor de cabeza crónico y los síntomas somáticos se combinan para incrementar el riesgo de sufrir un cuadro depresivo, mientras que individualmente, el dolor de cabeza no tiene mucho que ver con el aumento de la posibilidad de desarrollarlo”, enfatizó la doctora Tietjen. Las mujeres que tenían dolores de cabeza crónicos tenían cuatro veces más probabilidades de informar sobre síntomas de depresión mayor que las que tenían dolores de cabeza episódicos. Entre los principales se destacan la falta de energía, los problemas para dormir, las náuseas, los mareos, y los dolores de estómago, de espalda, en los brazos, las piernas y las articulaciones.
¿Causa o parte del problema?
Si bien el dolor de cabeza puede ser consecuencia de otras condiciones físicas y psíquicas, también es un factor a tener en cuenta a la hora de evaluar los síntomas que conforman el cuado depresivo en general. “Cuando uno se pone a pensar en que se basa la relación entre el dolor de cabeza persistente y la depresión, una de las primeras respuestas es que cuando hay dolores crónicos, se genera estrés y a la larga agotamiento de los neurotransmisores y cuando eso sucede, aumenta el riesgo de tener depresión. Por esa razón, es muy común que en épocas en que el dolor de cabeza disminuye, el estado anímico suele mejorar. Otra de las posibilidades es que el dolor de cabeza forme parte de una situación de depresión y que se produzca, puntualmente, por la dilatación de las arterias”, expresó el doctor Andersson. Finalmente, es posible que tanto el dolor de cabeza como la depresión obedezcan a causas genéticas. “Independientemente de qué cause la relación entre la migraña y la depresión, una enfermedad psiquiátrica como la depresión complica el abordaje del dolor de cabeza y puede conducir a peores resultados en su tratamiento”, asegura Tietjen.

domingo, enero 14, 2007

¿Cómo pueden los familiares y amigos ayudar a la persona deprimida?

Lo más importante que alguien puede hacer por la persona deprimida es ayudarle a que reciba el diagnóstico y tratamiento adecuados. Esto tal vez implique que tenga que aconsejar al paciente para que no deje el tratamiento antes de que los síntomas puedan empezar a aliviarse (varias semanas). Tal vez implique ayudarle a obtener un tratamiento diferente, si no se observa ninguna mejoría con el primer tratamiento. En ocasiones puede requerir que el familiar o amigo haga una cita y acompañe a la persona deprimida al médico.
A veces es necesario asegurarse que la persona deprimida esté tomando el medicamento. A la persona deprimida se le debe recordar que obedezca las órdenes médicas con respecto a beber bebidas alcohólicas mientras está medicado.
Otra cosa muy importante es dar apoyo emocional. Esto implica comprensión, paciencia, afecto y estímulo. Busque la forma de conversar con la persona deprimida y escucharla con atención. No minimice los sentimientos que el paciente expresa pero señale la realidad y ofrezca esperanza. No ignore comentarios o alusiones al suicidio. Informe al terapeuta si la persona deprimida hace comentarios sobre la muerte o el suicidio.
Invite a la persona deprimida a caminar, pasear, ir al cine y a otras actividades. Persista con delicadeza si su invitación es rechazada. Fomente la participación del paciente en actividades que antes le daban placer, como pasatiempos, deportes, actividades religiosas o culturales, pero no fuerce a la persona deprimida a hacer demasiadas cosas demasiado pronto. La persona deprimida necesita diversión y compañía, pero demasiadas exigencias pueden aumentar su sentimientos de fracaso.
No acuse a la persona deprimida de simular enfermedad o ser perezoso, ni espere que salga de esa situación de un día para el otro. Con tratamiento, la mayoría de las personas mejora. Tenga eso presente y continúe repitiéndole a la persona deprimida que con tiempo y ayuda va a sentirse mejor.

domingo, enero 07, 2007

Mujeres depresivas, más propensas a beber en exceso

Debido a que las mujeres sufren con más frecuencia períodos de depresión, beber en exceso les afecta más que a los hombres, según un estudio llevado a cabo por el Centro para la Adicción y la salud Mental de Canadá y la Universidad de Dakota del Norte.
El estudio se realizó en 6 mil hombres y 8 mil 500 mujeres quienes fueron entrevistados acerca de su consumo de alcohol y su historial de depresión. Luego se midió la ingesta de alcohol durante la semana anterior y el año pasado, incluyendo la frecuencia de bebida, cuánto se ingería cada vez, la máxima cantidad que se consumía en general y si hubo periodos de exceso de alcohol.
Asimismo, se midió la depresión y se determinó si la persona reunía los criterios para ser diagnosticada como clínicamente depresiva o si había experimentado sentimientos recientes de depresión. Y se encontró que la diferencia entre hombres y mujeres sólo fue observada en aquellos que sufren depresión clínica.
Los investigadores suponen que puede ser porque las mujeres que sufren depresión grave beben como una manera de escapar de sus problemas.
"Este patrón de asociaciones es más consistente con mujeres que usan el alcohol para contrarrestar la depresión, que con el consumo crónico de alcohol que hace que las mujeres se depriman", explicó a la BBC Sharon Wilsnack, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Dakota del Norte.
Cabe mencionar que la publicación Alcoholism: Clinical and Experimental Research (Alcoholismo: Investigación y Experimentación Clínica), señaló que beber con moderación no parece incrementar el riesgo en ambos sexos.